
Suerte de poeta.
Nacer poeta dirán es mucha suerte y sus dones maravillosos, sin embargo ante los ojos de la soledad que emana dicha suerte, las palabras hermosas cruzan y laten en cada abrazo o beso que no fué dado, y el sol brilla aunque esté nublado, las lágrimas caen aunque no se miren.
Porque ser poeta es maravilloso dirán aquellos que usan los poemas para enamorar a su amado, y sin embargo es difícil que un poeta sea amado. Tántas letras escritas al amor y desamor, a un sinfín de temas y dirán un ser lleno de amor.
Pero enamorado el poeta sufre y muere de amor...
Sufre por la intensidad que siente y pone en sus palabras al no ser
correspondido y cuando al fin el amor se acerca y doblega sus alas abrazando
cálidamente al ser que enamoró, surgen los celos de las letras que antes
escribió, cómo romper aquél torrente de palabras de algún amor que se acabó,
no son amores presos, solo pedazos de corazón, romper, quemar, tirar esas
palabras, no es tirar un amor, es del poeta tirar sus manos, su razón.
Por eso el poeta es solitario, es escritor, soñando amores, los entibia y
llena de colores, albergando la ilusión de que algún día su amor
correspondan, sin perturbaciones, ni celos y no pierda la razón.
Las personas son aceptadas con las cualidades que presentan, es decir que un
médico, se le valora por su buena atención, una maestra por su buena
enseñanza, un abogado por su buena defensa, una enfermera por su atención
dedicada. Pero un poeta se mira como escritor, se valora y enaltece, pero
cuando se acerca el amor, este no comprende que alguna vez, o muchas otras
se enamoró. Y si hoy vuelve a latir su corazón, por qué no lo atesoras y
haces tuyos los poemas que faltan por escribir, y así serías la musa eterna de su corazón...
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