Entendámonos desde el amor.

Detrás de cada persona hay una historia.

No puedes dar por hecho, que lo que hizo, dejó de hacer o simplemente no hizo alguien... Fue porque no te ama, porque no le importas, porque tú piensas así.
Primero tienes que escuchar la versión de los porqués, de la persona en cuestión y cualquiera que sea su motivo, hay que respetarle, pues tu mismo tienes tus motivos, cuando haces o no las cosas.
No hay que darse por ofendidos, dolidos, olvidados, o lo que sea, (no por eso van a dejarte de amar)... sus razones tuvieron y aunque no sean válidas para ti, hay que considerar sus motivos, porque para juzgar, necesitarías estar en los zapatos de esa persona, verlo desde sus ojos, tocar con sus manos y respirar con su aliento, como eso no es posible, solo debes entender y No juzgar, o pasarás la vida enojándote por lo que los demás hacen o dejan de hacer.
Cada persona es individual y por ende es diferente, piensa y siente diferente.
Cuando quieres que alguien haga, diga o piense como tú, ya le estás manipulando o viceversa. Hay que dejar en libertad a las personas y disfrutar de los momentos que nos dan, en las formas que puedan y a la vez, tener la libertad de dar cuando podamos hacerlo.
Porque para complicarse la vida y vivir enojados, hay solo un paso y puedes encontrarte con enfermedades. Pero para disfrutar la vida, sonreír y sentirse bien con los demás, tan solo hay que respetar los tiempos y espacios de cada quien, considerando sus razones, aunque no estemos de acuerdo, porque cada quien tiene su historia.

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