A Sandra Junior.

Hace tiempo llegó una luz al vientre,
de una madre que guardó su tesoro,
bellos cantos le dedicó muy bajito,
albergando sueños maravillosos.

Fué un tesoro escondido de todos,
más el tiempo lo descubrió latiendo,
y cantó con toda su fuerza,
más el cielo se lo llevó muy pronto.

Quizás le nieguen, quizás le duelan,
pero su vida florece y se parece,
a aquél amor que por siempre estará,
pues en su sangre vive y ahí está.

No hay abrazos ni besos que sientan,
más en su voz se abrazan los dos,
destellos del cielo habitan en sus ojos
y un sol arde y llena de amor todo.



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