Las manos.

Alas de libertad
Son mis manos;
Se abren cual pavo real
A la vida sus pasos.

Manos, manos de niño,
Manos que juegan;
Y que aún no miden
Este o aquél peligro.

Manos del ciego,
Que en su haber
Significan todo,
Todo lo que ha de hacer.

Manos del mendigo,
Que siendo pobre al pedir,
Más pobre ha de serlo
Cuando sus manos no sabe usar.

Manos que imploran al cielo
De alguna desgracia, quizá fatal,
Manos que aprisionan el pecho,
Angustia de no poder llorar.

Sencillas y nobles las manos
Que alguna caricia te dan,
Terribles y odiosas aquellas
Que quizás te maltratarán.

Dichosas las manos, esas
Con las que puedes hablar,
Pues a falta de sonidos claros,
Sus ademanes has de encontrar.

Y aquellas hermosas manos
Llenas de arte, en su andar,
Aquellas que pintan,
Aquellas que bordan,
Aquellas que escriben,
Y las que han de decorar,
Aquellas que callosas
Y maltratadas construyen,
Cualquiera que fuere el trabajo,
Dignas de honor serán.

Por eso atesoro y cuido
Éstas, que me han de ayudar,
Mil dones me brindarán
Solo ellas, mis manos...



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